Hoy, viernes 27 de febrero, a menos de viente días del comienzo de la primavera, no he escuchado la radio, no he visto la televisión, no he leído ningún periódico y no me ha pasado nada de los eventos que escucho todos los días y es porque estoy en Cabezabellosa. Cabezabellosa, pueblo serrano goza de un clima serrano y moderado: por la noche hace un frío que pela por el céfiro, sin convertirse en ventarrón, deja de ser la marea que corta el cutis alcanzar la categoría de aire frío. Al mediodía hay un sol espléndido que la gente de campo, toda, aprovecha para las tareas agrícolas de la temporada: quemar los hojas secas, llevar el abono a los huertos, limpiar algún prado, arar alguna besana.
Hoy es viernes y es tarde: los que viven fuera del pueblo hoy regresan para el "finde" en los tres bares del bar hay gente, en la calle hay niños y en los encuentros, besos. La sombra la pone la muerte de "Reque" el sacristán que mejor sabía tocar las campanas que dejó de ser sacristán por que los curas no querían oírle opinar, Buena persona y aficionado a los toros.
Como último detalle el cielo está clarísimo y el aire que se respira limpia de mocos.
Mientras escribo esto me traen un vino que alguien me invita. ¡Gracias al camarero de el Hogar del pensionista!
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